La Endodoncia, también conocida como “matar el nervio”, tiene como principal objetivo salvar el diente. El nombre de Endodoncia proviene de las palabras endo (interior) y odonto (diente). Consiste en la extirpación de la pulpa dental, y el posterior relleno y sellado de la cavidad pulpar con un material inerte.
La endodoncia es necesaria cuando el tejido pulpar presenta alguna lesión irreversible. Esta lesión es conocida como pulpitis y, debido a que es irreversible, la única opción es la extirpación total de la pulpa dental.
La pulpitis es comúnmente provocada por caries dentales muy profundas que alcanzan la pulpa dental y producen infección, originando dolor continuo y permanente que aumenta con estímulos fríos, calientes, alimentos dulces o ácidos.
Se utiliza anestesia local, afectando sólo al diente a tratar y la zona de alrededor.
Se realiza una pequeña perforación en la corona del diente para poder acceder a la pulpa del diente para su extracción, aislando la pieza dental de todo organismo.
Es el procedimiento de limpieza de los conductos para dejarlos asépticos o limpios.
Es la fase del sellado del diente, a través del cual se cierran los conductos que se han limpiado, dejando la pieza plenamente insensibilizada.
Se toma una radiografía al final del tratamiento para que el Especialista verifique la efectividad de la intervención.
Sobre Endodoncia
Esta es la pregunta más común de los pacientes, al suponer que es un tratamiento doloroso por la exposición y manipulación de los conductos pulpares, pero en definitiva, es unos de los tratamientos más nobles y que generan menos molestias.
Así debería ser, sin embargo, siempre existe la posibilidad de que las cavidades pulpares se
vuelvan a contaminar y sea necesaria una segunda endodoncia.
Normalmente un tratamiento de endodoncia se realiza en una sesión de 1 o 2 horas, pero puede llegar a ser necesaria una segunda sesión dependiendo de la complejidad del caso o por algún tipo de inflamación o infección.
Si ante la existencia de una pulpitis no se realiza la endodoncia, la infección puede pasar los tejidos circundantes, formar un absceso y llevar a la pérdida del diente al obligar a su extracción.
Si presentas uno o más de los siguientes síntomas es probable que necesites una endodoncia:
Sensibilidad dental, dolor, oscurecimiento del diente, inflamación de las encías, diente o muela rota, mal sabor de boca y mal aliento.
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